martes, 15 de septiembre de 2009

Tipo… nada (La escritora modelo)

Esto de tener un blog no es moco de pavo. Sobre todo –y paradójicamente- cuando se es adicta a opinar, como yo. Me di cuenta de soy tan afecta a la Doxa que mi adicción ya se volvió mala. No en el sentido de “perjudicial o nociva”. No. Mala en el sentido de que no funciona, no sirve. Ni siquiera puedo sacarle el jugo a la situación.
En este momento me encuentro en la etapa denominada “el-que-mucho-abarca-poco-aprieta”. Es decir, se me ocurren muchas ideas doxomáticas, pero no soy capaz de desarrollarlas, y todas ellas quedan estancadas como fétida agua de canaleta.
En un momento pensé en comenzar a destilarlas (o a evacuarlas, ya que son pura materia fecal) en formas de aforismos. Pero no. Los aforrismos son marca registrada exclusiva de Pepe Narosky. Además, trabajar durante más de tres años en un pasquín provinciano me hizo experta en llenar páginas con muchas palabras que dicen poco, o nada, que es parecido.
Así que haré uso de mi patética habilidad, para mantener cautiva vuestra atención en calidad de rehén. ¿Cómo? Bajo la terrible amenaza de que si dejáis de leer… vuestra lectura quedará ¡trunca! ¡Trunca!, palabra fea, si las hay. Sí…
OK, suficiente. No os vayáis, quitad el cursor de la equis. Sé que leer esto es tan productivo como hacer bolitas de moco o jugar con la Píldora Mágica de Jugate conmigo; soy conciente de eso. Pero, a manera de inexcusable excusa, debo decir que detrás de estas líneas torcidas se esconde una gran verdad; una verdad que quizás sospechasteis desde un principio: soy una modelo atrapada en el cuerpo de una catadora de flan casero. Y bueno… nada…

N. de los E*: Estas palabras fueron escritas por la señorita L.A. durante un lapso de éxtasis provocado por una sobredosis de Doxa. Les comunicamos que la señorita se está recuperando favorablemente después de la recaída sufrida días atrás. Tras recobrar el conocimiento –la hallamos envuelta en papel film, temblando y largando espuma por la boca- nos pidió expresamente que publiquemos estas palabras, a modo de autocastigo por su falta de fuerza de voluntad.

*Enfermeros del Centro de Rehabilitación de Doxoadictos Filial Ciudad de Halle.

4 comentarios:

  1. El caso de la Señorita L.A. es similar al de grandes estrellas de rock o de... rock... que son talentosos en tanto no puedan salir de sus adicciones. Entonces hacen obras de arte con sus propias miserias.

    SOBREDOXIS!!!

    Enorme talento es este felliniano texto!
    Besos!

    ResponderEliminar
  2. buenísimo el texto ya que no cualquiera es capaz de conocerse a sí mismo, aunque debo plantear un rotundo desacuerdo… Hacer bolitas de moco no es poca cosa, y no digo esto en el sentido de que al hacer bolitas de moco utilizamos las manos prensiles que dios nos dio y que nos han permitido dominar a la naturaleza multiplicando abismalmente nuestra capacidad de adaptación al entorno (como lo dice la doctrina de diorswin). Lo digo en el sentido de que al hacer bolitas de moco uno es libre. Creo que leer aquí me ha revelado una gran verdad y por eso agradezco a la edición de este blog. Hacer bolitas de mocos es el último bastión de resistencia que un sujeto tiene.
    Oprimidos del mundo… amasáis!!

    ResponderEliminar
  3. Hola: pasé a saludarte. Besitos.

    ResponderEliminar
  4. Srita. Luciana: algunas consideraciones...
    Párrafo 1 (ya que me confesó haberme hecho caer en la trampa deliberadamente): quiero decirle que ud. debe ser la única mala que no le puede sacar el jugo a la situación, porque SER MALA SIEMPRE ES NEGOCIO. (Ahí le va... ¿listo?).
    Párrafo 2: si está como agua estancada... ojo con el dengue! Si es que ya no lo tiene...
    Párrafo 3: intente emular a Nietzsche mujer, el propietario de los aforrismos por excelencia! No a Narovsky... El afroritmo podría ser otra alternativa, en el último de los casos.
    Párrafo 4: ¡Quiero retrunco, carajo!
    Párrafo 5: para los ansiosos -como nosotros- hacer bolitas de moco es altamente productivo y sano. Evita que tengamos las manos ocupadas fumando, por ejemplo, o comiéndonos las uñas... aunque es un poco más desagradable comerse los mocos, ¿no? Además, también es productivo para hacer maldades: podés pegarle las bolitas en la mano u otra parte del cuerpo a alguien que te saluda... piénselo. Mi intelecto llega a eso, no tengo el ánimo para convocar masas oprimidas... a menos que sean masas de mocos oprimidas por mis dedos; tan inertes, hoy por hoy, como las masas obreras.
    Siga catando, siga... algún día ganará alguna promoción de La serenísima...
    N. de los E.: sigan publicando!
    Lic. R.-

    ResponderEliminar