lunes, 6 de febrero de 2012

Doxificadora investiga II (segunda parte)


Ustedes se preguntaron: ¿a quiénes bardea la bardeadora?, ¿cómo?, ¿para qué? Todos estos interrogantes tendrán respuesta aquí, en la segunda entrega de Doxificadora investiga II.

Algunos sostienen que Rosa Anacleta Gómez es jubilada y no tiene nada más que hacer. Otros, simplemente la califican como una “vieja chota y jodida”.

Lo cierto es que esta mujer acecha entre los panteones putrefactos como su alma y no tiene respeto por los deudos de los fiambres. Así lo confirmó la consternada Dora Viuda de Bertelorti, quien días atrás enterró a su marido, Dante “Batata” Bertelorti.

“Esta mujer se apareció en medio del servicio fúnebre de Batata. Empezó a insultarme, agitando los puños cerrados, empujando a los que me acompañaban, escupiendo sobre la tumba de mi difunto esposo. Pero como el maldito me metió las guampas hasta el último momento, no me afectó tanto como podría haberlo hecho”, relató la despechada viuda.

El caso de Dora de Bertelorti es uno de los tantos ocurridos en el cementerio de Paranó, tanto es así que muchos deudos comenzaron a llevar sus tomuers a cementerios privados.

Este dato, aparentemente inocente y casual, es crucial para desentrañar el tercer interrogante: ¿con qué fin bardea Rosa?

Esta cronista recurrió a los archivos de la Cámara de Enterradores, Lloronas y Propietarios de Cementerios de la Provincia de Bituinrrivers, donde pudo confirmar sus sospechas: Rosa Anacleta Gómez es propietaria del cementerio privado Jardín del Eterno Reposo Libre de Bardeadoras, ubicado a las afueras de Paranó.

Lo que comenzó como una pequeña empresa de lo macabro (sí, comprar y vender parcelas para ir a caerse muerto es macabro), tras la aparición de la bardeadora terminó convirtiéndose en un verdadero pool de siembra de huesos. Tanto es así, que Monsanto está interesado en invertir en el negocio.

Tras tamaño descubrimiento por parte de esta paladini de la justicia, varios familiares de tomuers decidieron presentar una denuncia ante la justicia, quien detuvo a Gómez por competencia desleal.

Mientras era arrestada, Rosa sólo atinó a decir: “Y me hubiera salido con la mía si no fuera por esta mocosa entrometida y su estúpido perro”.

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